10.2.11

Ya no me llama con otro nombre, ni disimula diciendo que lo ha hecho queriendo. Simplemente, no me llama. Tampoco me da besos, aunque yo se los pida a gritos. Me abrazaba para arreglar algo, pero ahora no hay nada que quiera arreglar. Ni abrazos fuertes, ni siquiera flojos, ya no hay abrazos. Nunca dice que me mira, y se que es porque no lo hace. Ni él, ni yo, decidimos a donde ir. No hay nada que decidir. Yo quiero hacerlo todo por él y él no quiere que haga nada. No voy a donde él, pero me muero de ganas. Tampoco viene a donde mí, ni tampoco quiere hacerlo. Ya no jura nada, ni siquiera se hace el loco. Yo hablo y no se si escucha. Él no habla, y yo escucho todo lo que no dice. Pero hay algo que sigue como siempre; él se va y yo me muero. Yo me voy, mientras que pienso y se que él no se dará cuenta. Antes decía que me quería, en cambio yo dije que le odiaba. Y ahora es cuando me arrepiento de no haberle dicho que en realidad yo no le quería, yo le adoraba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario